

UNIVERSIDAD
PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
SUBDIRECCIÓN
DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
BARINAS EDO BARINAS
DIVERSIDAD FUNCIONAL
“CUESTIÓN DE ACTITUD Y HABILIDADES
DIFERENTES”
|
CIUDAD
BOLIVIA, NOVIEMBRE 2014
INTRODUCCIÓN
La educación inclusiva permite la
conexión con los valores y principios éticos de reconocimiento, dignidad y respecto
a la diversidad del alumnado en todas sus dimensiones, por lo cual hablar de
diversidad funcional más que conceptualizaciones o estrategias es una cuestión
de actitud, de cómo cada persona asume la responsabilidad acerca de las habilidades
diferentes que posee cada uno, así como el ritmo y estilo de aprendizaje el cual debe ser
respetado por todas las personas.
En este sentido, hablar de diversidad es
asumir que las personas somos diferentes por capacidades sensoriales, motrices
o psíquicas, posibilidades y experiencias, entre otras. Por lo cual, la sociedad
debe ser conscientes de que el proceso de construcción personal depende de las
características individuales (de su diversidad), pero sobre todo de los apoyos
y de las ayudas que se proporcionen. Es decir, que la diversidad debe formar
parte de ese contexto enriquecedor y generador de ayuda. Obviar la diversidad
sería tanto como esquivar la singularidad humana y despreciar su riqueza.
Educar en la diversidad supone, en
definitiva, pensar en una escuela para todos, en unas posibilidades sociales no
excluyentes para nadie y en dar a cada uno lo que es conveniente para que
consiga avanzar en su crecimiento lo más posible a partir de lo que es y desde
donde se encuentra.
Por consiguiente, se presenta a continuación la
sistematización de la orientación y la atención a la diversidad unificada con
la orientación socioeducativa en el campo de la educación formal y no formal
para fortalecer el proceso de formación del orientador en la sociedad actual,
considerada como una sociedad cambiante e incluyente.
DIVERSIDAD FUNCIONAL
“CUESTIÓN DE ACTITUD Y HABILIDADES
DIFERENTES”
Diversidad
Funcional.
Las palabras o términos llevan asociados ideas y conceptos,
y que esta correspondencia no es azarosa sino que representan valores
culturalmente aceptados del objeto o ser nombrado. Estos valores se transmiten
en el tiempo utilizando las palabras como vehículo. Con el tiempo, si queremos
cambiar ideas o valores no tendremos más remedio que cambiar las palabras que
los soportan y le dan vida. Durante varios año muchas palabras ampliamente
utilizadas en diferentes ámbitos para denominar al colectivo de mujeres y
hombres con diversidad funcional, pero los la sociedad conscientes de que el
lenguaje produce, modifica y orienta el pensamiento, ciertos organismos
relacionados con el mundo de la diversidad funcional han intentado acuñar
nuevos términos, en busca de una nueva visión social de este colectivo. Para
Lobato (2011), explica que actualmente,
La
diversidad funcional no tiene nada que ver con la enfermedad, la deficiencia,
la parálisis, el retraso, sino que la tradicional visión del modelo médico de
la diversidad funcional, en la que se presenta a la persona diferente como una
persona biológicamente imperfecta que hay que rehabilitar. Por eso el término
"diversidad funcional" se ajusta a una realidad en la que una persona
funciona de manera diferente o diversa de la mayoría de la sociedad (p.8).
De
acuerdo a lo expresado por el autor, se ha creado una sociedad en la que ha se
contemplado la posibilidad de integrar plenamente la diversidad en todos sus
ámbitos (educación, trabajo, edificación, transporte, comunicación,
información, ocio, otros.). Este término considera la diferencia de
la persona y en sus procesos constructivos sociales y de entorno.
Pero este proceso de aceptación hacia la diversidad
funcional en la sociedad aún no se supera porque todavía se evidencian
discriminaciones en el ámbito individual o grupal de los grupos más
representativos que conforman la diversidad tales como: tercera edad,
refugiados e inmigrantes, diversidad cultural, discapacidades: visual,
auditiva, parálisis cerebral, insuficiencia renal crónica, dependencias a
sustancias adictivas (heroína, alcohol, tabaquismo), infección por VIH /SIDA.
Por consiguiente, cuando se habla de personas de la terminología
de tercera edad o adulto mayor, tienen todos los propósitos de esquivar los
prejuicios y la discriminación. En la actualidad, los esfuerzos por combatir la
discriminación por edad conocida como “viejismo” (el prejuicio o discriminación
por edad) rinden frutos gracias a la creciente notoriedad de adultos mayores
sanos y activos. Actualmente en
Venezuela se implementan programas que brindan atención al adulto mayor, que se
aborda desde una perspectiva social y escolar, contemplando a la vez contextos
educativos formales y no formales. Estas actividades se implementan a través de
actividades físicas, atención médica, pensiones, actividades culturales y
recreativas.
De igual manera, los refugiados e
inmigrantes son un grupo vulnerable en diversidad funcional motivado a que se encuentran fuera de su territorio y existen en
todo el mundo debido a factores económicos, demográficos y/o por falta de
libertad en sus países de origen, de acuerdo a Bayot, Rincón y Hernández
(2002), “una posible solución radica en incorporar en el curriculum escolar
programas que fomenten la educación intercultural (p.72). La existencia e
incremento progresivo de una sociedad culturalmente pluralista está
requiriendo, entre otras muchas, una respuesta educativa adecuada; una
educación que supere el ámbito escolar y conecte con la realidad social circundante,
pues un número cada vez mayor de personas, no solo ni exclusivamente del ámbito
escolar educativo.
También, la diversidad cultural entra
en estos grupos emergentes, por la presencia de importantes bolsas migratorias
en la mayoría de los países occidentales lo que ha obligado a efectuar
replanteamientos ideológicos, éticos, religiosos, educativos, culturales en
general y, sobre todo, a pensar las actitudes y las formas de conducta que son
más coherentes con las exigencias de una sociedad democrática y no
discriminadora. En este aspecto la educación tiene que favorecer el
intercambio, la valoración ecuánime de todas las culturas y el enriquecimiento
mutuo.
Las discapacidades según Rivas (1999),
la clasificación de las discapacidades como sensoriales (visuales y auditivas),
motóricas y psíquicas resulta en ocasiones demasiado general para varias de
esas deficiencias. En este caso se aborda las discapacidades visuales,
auditivas, parálisis cerebral (lo que ocasiona los problemas motrices).
- Las deficiencias Visuales: El concepto de deficiencia visual hace referencia tanto a
la ceguera propiamente dicha como a otras afecciones de la vista que no llegan
a ella. La ceguera es la pérdida de la percepción visual medida a través del
campo y de la agudeza visual, con el mejor ojo no se sobrepasa el 1/10 de
agudeza visual o no se conserva en ninguno de los dos el 1/20 de la visión
normal.
-Las deficiencias auditivas: son las disfunciones o alteraciones cuantitativas en una
correcta percepción auditiva. Se entiende por hipoacusia la disminución de la
capacidad auditiva que permite la adquisición del lenguaje oral por vía
auditiva. La pérdida total de la audición recibe el nombre de cofosis (sordera),
el lenguaje no se puede adquirir por vía oral pero sí por vía visual.
-Parálisis cerebral: La
parálisis cerebral describe un grupo de trastornos del desarrollo psicomotor,
que causan una limitación de la actividad de la persona, atribuida a problemas
en el desarrollo cerebral del feto o del niño.
-Insuficiencia Renal: La Insuficiencia
Renal Crónica (IRC) se pro-duce por la disminución gradual y progresiva del nivel
de filtración de los riñones. Esta disminución gradual y progresiva de la función
renal explicaría la ausencia de manifestaciones clínicas iniciales hasta que el
proceso no afecta de un 70 a un 80% del total de las nefronas (unidades
funcionales del riñón) o hasta que el índice de filtración es inferior al 20 ó
25% de los valores considerados normales.
En cuanto a la atención de cada una de
estas deficiencias, el abordaje o atención se basa mediante planes o programas
educativos y sociales, con el propósito de mejorar su calidad de vida y
disminuir los porcentajes de discriminación. Como por ejemplo, entre los
organismos públicos tenemos: Consejo Nacional para las Personas con
Discapacidad, Misión José Gregorio Hernández, Programa Nacional de Atención en
Salud para las Personas con Discapacidad y la preparación de profesionales en
Educación Especial.
De igual manera, la atención hacia las
personas con dependencia a las sustancias aditivas (heroína, alcohol y
tabaquismo), es necesario brindar apoyo social y educativo mediante plan de
abordaje con el propósito de incluir a estos a una vida sana, entre estas
atenciones tenemos: apoyo de la OMA, talleres de prevención, salas de
rehabilitación, entre otros. Mientras que la atención a las personas con
VIH/SIDA actualmente se debe relacionar con el apoyo psicológico y la atención
medica ya que una persona que reciba el tratamiento médico y cumpla con el
cabalmente puede llevar una vida normal, de igual manera se debe implementar
planes y programas de prevención y atención a las poblaciones más vulnerables.
Después de las consideraciones
anteriores, se resalta la relación que existe entre la atención a la diversidad
y el papel del orientador, de igual manera se hace necesario presentar de forma
sistemática el abordaje de la educación formal e informal hacia una orientación
socioeducativa.
El apoyo que hace el orientador al
proceso de enseñanza-aprendizaje tenderá a prestar atención a la diversidad del
alumnado, contribuyendo a su educación integral y personalizada, dando especial
apoyo al alumnado cuyas necesidades e intereses así lo demanden. Igualmente, se
tenderá a prestar el debido apoyo y asesoramiento a la Comisión de Coordinación
Pedagógica en los aspectos psicopedagógicos y metodológicos a seguir en los
diferentes proyectos dependientes de su competencia.
Se prestará asimismo asesoramiento e
información, tanto al equipo directivo como al profesorado en general sobre
procedimientos específicos a seguir respecto a los alumnos que lo necesiten,
prevención y detección de dificultades de aprendizaje, técnicas específicas
relativas a hábitos de trabajo, otro.
Igualmente, el orientador y la
diversidad cumplen con lo
siguiente:
- Ofrecer una respuesta de calidad hacia la
atención de la diversidad en los centros educativos.
- El
orientador es el eje sobre el cual giran los esfuerzos de atención a la
diversidad
Resulta oportuno explicar que la
educación formal es el sistema educativo institucionalizado, graduado
cronológicamente y jerárquicamente estructurado, que comprende desde los
niveles más bajos de la educación básica, a los estadios más altos de la
universidad; la educación no formal es cualquier actividad educativa organizada
y sistemática, que se mantiene fuera de la estructura del sistema formal, para
proporcionar aprendizajes selectos a grupos específicos de la población, tanto
adultos como niños; la educación informal es el proceso permanente, a lo largo
de toda la vida, mediante el cual cada persona adquiere y acumula
conocimientos, habilidades, actitudes y comprensiones significativas de su
experiencia cotidiana y de su exposición al ambiente. La educación informal no
es curricular, se adquiere en los diferentes espacios sociales e influye en el
desarrollo personal y social de los individuos.
De acuerdo con los razonamientos que
se han venido realizando, se hace necesario explicar sobre la orientación
educativa y la orientación socioeducativa, por lo cual se enfatiza que si la
educación es una práctica social cuyos beneficiarios pueden ser desde un individuo hasta la
sociedad en su conjunto y, si la orientación educativa es un componente de la
educación, luego entonces esta última también puede aplicarse a la sociedad.
Desde luego que, al expandirse, la
orientación educativa, sus métodos también crecerán o adoptarán algunos
procederes sistemáticos de otras prácticas sociales instituidas, como los
métodos del desarrollo de comunidades y el desarrollo organizacional. Así como
la orientación educativa originalmente ayudaba al estudiante a adaptarse a los
requerimientos curriculares y a tomar decisiones vocacionales más racionales.
Pero en la actualidad se habla de una
nueva orientación, deberá hacer lo propio, con individuos y grupos diversos,
ayudándolos a desempeñarse mejor en las organizaciones y comunidades, así como
en su vida propia Los cambios sociales y
educativos que han venido desarrollándose en las últimas décadas, justifican la
relevancia práctica y teórica del aprendizaje informal. Esto ha perfilado una
nueva tarea para la orientación educativa, en su modalidad de orientación
socioeducativa, que es la de diseñar y llevar a cabo programas educativos en la
comunidad, como expresión de una nueva preocupación que podríamos caracterizar
como el aprendizaje y la intervención educativa en contextos comunitarios y
extra-escolares.
La orientación socioeducativa, por su
naturaleza fronteriza, es una disciplina híbrida entre la pedagogía, la
sociología, la psicología y otras ciencias sociales. La necesidad de poder
ofrecer respuestas globales a problemáticas que se tienen que analizar globalmente
implica, para el orientador socioeducativo, defender el principio de la
interdisciplinariedad. En pocas palabras de algunas instituciones y ámbitos
donde se puede realizar orientación socioeducativa es, por ejemplo, las
escuelas de CONAFE, CENDIS, radio o televisión estatales, delegaciones del
INEA, DIF, alguna ONG estatal, y otras instituciones gubernamentales o no
gubernamentales, que atiendan problemas relacionados con la familia, la mujer,
los niños, los adultos o personas con alguna discapacidad, personas que viven
en la calle, en albergues y en infraviviendas, personas con disminución tanto
física como psíquica, menores en situación de riesgo social.
De acuerdo a texto citado se hace
necesario resaltar los puntos necesarios para conocer más acerca de la
orientación socioeducativa En ese contexto, concebimos dos grandes competencias
profesionales necesarias para el orientador socioeducativo: las competencias de
detección y las competencias de intervención. La primera enfocada a la
visualización experta de nichos de actuación, y la segunda centrada en los
procesos que habría que activar para lograr cambios educativos sustantivos en
los individuos, grupos, organizaciones y comunidades con quienes trabajará.
Con respecto a las competencias y subcompetencias
de detección del orientador socioeducativo proponemos las siguientes:
1) Analizar
situaciones y relaciones problemáticas.
Subcompetencias:
Habilidades críticas
y autocríticas.
Capacidad de
observación.
Capacidad de análisis
multirreferencial.
2) Analizar
necesidades de desarrollo institucional y comunitario.
Subcompetencias:
a. Habilidad para
comunicarse con expertos de otros campos
Habilidades de
Investigación
Capacidad de analizar
situaciones, relaciones y campos de fuerza sistemáticamente.
3) Diagnosticar
recursos potenciales de desarrollo institucional y comunitario.
Subcompetencias:
Capacidad para
apreciar la diversidad y la multiculturalidad.
Capacidad para
identificar oportunidades de desarrollo.
En cuanto a las competencias y
subcompetencias de intervención del orientador socioeducativo proponemos las
siguientes:
1) Facilitar el
diseño y la coordinación de estrategias de desarrollo institucional y
comunitario.
Subcompetencias:
Capacidad de
organizar.
Capacidad de tomar
decisiones.
Capacidad de trabajar
en equipos interdisciplinarios.
Capacidad para
aplicar el conocimiento a la práctica.
Capacidad o
creatividad para generar nuevas ideas.
Capacidad de
liderazgo.
2) Orientar el manejo
y la resolución de situaciones y relaciones problemáticas.
Subcompetencias:
Manejar y resolver
problemas.
Habilidades
interpersonales
Capacidad de
mediación, negociación y conciliación
No hay comentarios:
Publicar un comentario